Vinagre de fruta casero
Fermentar es recordar que lo bueno lleva tiempo
No hay apuro cuando se cocina con bacterias amigas.
Este vinagre no solo es un conservante natural, es un activador digestivo, un purificador del entorno y un pequeño altar alquímico en tu cocina.
Hoy te traigo cómo hacerlo en casa con membrillo, manzana o lo que tengas. Porque la abundancia está en lo que hay.
🫙 Ingredientes y materiales:
1 frasco de vidrio de 3 litros (tapado con doble tela y una bandita elástica)
3 membrillos (o manzanas, peras, etc.) con cáscara y en trozos grandes
(podés usar solo los centros y las cáscaras también)Por cada litro de agua → 250 g de azúcar
1 cuchara de madera
Agua filtrada
🌀 Paso a paso:
Mezclá el azúcar en el agua hasta que se disuelva completamente.
Cortá la fruta y agregala al frasco.
Verté el agua azucarada hasta cubrir la fruta.
Cubrí el frasco con doble tela (tipo gasa o muselina) y sujetala con un hilo o elástico.
Guardalo en un lugar oscuro, a temperatura ambiente.
🌱 Durante los primeros 7 días:
Revolvé con cuchara de madera 3 veces al día.
Esto oxigena la mezcla y ayuda a que fermente sin contaminarse.
🕰️ Al día 30, aproximadamente:
Colá la fruta
Volvé a colocar el líquido en el frasco
Agregá 2 o 3 cucharadas de vinagre vivo (de madre, casero o comprado sin pasteurizar)
Cubrí otra vez con la tela
Dejalo seguir su fermento por un mes más
🧪 ¿Cuándo está listo?
Después del segundo mes, probalo.
Si ya está ácido, está listo para embotellar.
Si todavía está dulce, dejalo un poco más.
👉 No hay una sola forma correcta. Este vinagre se cría como un hijo: con paciencia y escucha.
🍋 ¿Para qué lo uso?
Como vinagre digestivo antes de las comidas
En conservas, ensaladas, salsas vivas
Para limpiar verduras, frutas, superficies
Como enjuague de cabello o desodorante natural
Para tus fermentos y cocina probiótica
🌕 Fermentar es confiar
Este vinagre no solo transforma el azúcar en ácido.
Transforma tu ritmo.
Te pide tiempo, cuidado, atención. Y te devuelve vida microbiana, salud digestiva y soberanía en la cocina.
Una alquimia cotidiana que nos devuelve a la tierra.